Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes
celebraban el nacimiento de Frey, dios del sol y la fertilidad, adornando un árbol en la fecha
próxima a la Navidad. Los cristianos adoptaron luego esa costumbre.
Se dice que San Bonifacio, hacia el año 700, cortó un árbol que representaba a uno de los
dioses. En su lugar plantó un pino, que al ser de hoja perenne simboliza el amor de
Dios.
La costumbre de adornar un árbol en los hogares españoles fue en el año 1870.
Enhorabuena, que trabajo más interesante
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